Hace mucho tiempo, en un balneario cercano a la
ciudad de Trujillo; se reunieron muchachos cuyas edades fluctuaban entre los 11
y 14 años, con la finalidad de participar de su primera experiencia como
acampadores. Era febrero del año 1985, el lugar Huanchaco, y los participantes
scouts de distintas tropas de la localidad Scout de Trujillo. El evento que se
realizaba era el II CALOTRO (campamento Local de Tropas), el cual se daba en
dos fases: la primera para scouts que nunca habían participado de un campamento
anteriormente y la segunda para scouts experimentados.
Por razones que sería largo explicar y que pueden
ser tema de otra remembranza; en esa
oportunidad participé como integrante de la Tropa del Grupo Scout Trujillo 155.
La actividad era organizada por la localidad Scout, y como nuestro Jefe de
Tropa no había promovido la participación de toda la Tropa, pues el siguiente
mes teníamos un campamento de nuestra unidad; sólo asistimos 5 integrantes de
la Tropa del 155 que fueron Los Hermanos Carlos y Jorge Matos, Marco Almendras,
Richard Velásquez y quien escribe esta remembranza. Como éramos solo 5 scouts,
la patrulla fue completada con un integrante del grupo Scout Trujillo 16, muy
pequeño, a quien conocimos simplemente como Paco. (años más tarde me
encontraría nuevamente con Paco, pero esta vez como colega de profesión, y supe
que su nombre era Telmo Zavaleta).
Como todos pertenecíamos a diferentes patrullas,
al iniciar el campamento teníamos la misión de encontrar un nombre para la
patrulla que habíamos conformado temporalmente. Debatimos la cuestión, y entre
muchas posibilidades; considerando que todos éramos primerizos en el arte de
acampar, decidimos bautizarnos como “Patrulla Pollos”. Elegimos como guía al
mayor de los integrantes que era Richard (quien también era guía de patrulla en
el 155), y como Sub guía a Carlos.
Grande fue la sorpresa en la primera reunión de
todos los participantes del evento cuando hicimos nuestra primera presentación
gritando a todo pulmón: - Patrulla Pollos alerta, descanso, alerta; Pollos
nuestro grito: ¡PIO, PIO, PIO!; pollos nuestro lema: ¡con plumas o sin plumas
seremos los mejores!; pollos nuestra barra: ¡les cuadre o no les cuadre, los
Pollos serán tu padre!
Nuestra primera aparición fue histriónica e
hilarante; pero a pesar de ello, marco el estilo y personalidad de la Patrulla:
alegre, divertida, con mucha fuerza y energía; pero sobre todo un gran espíritu
scout. En ese campamento arrasamos en todos los juegos y competencias que se
realizaron.
Como nos
gusto tanto la experiencia, y teníamos la energía desbordante; lo cual sería
difícil de imaginar si vemos los físicos actuales de los integrantes de la
patrulla; luego de 4 días y tres noches de competencias y de dormir bajo carpa;
decidimos quedarnos seguidamente y sin descansar para la segunda etapa del
campamento; en la cual ya nos enfrentaríamos a las patrullas más experimentadas
de la localidad de Trujillo, y en especial del Trujillo 15.
Llegamos a la segunda fase del Calotro, con la
fama de haber destacado en la fase anterior; por lo que las patrullas
participantes nos miraban con cierta curiosidad de saber quienes éramos Los
Pollos. Sin embargo, las patrullas que teníamos enfrente eran históricas, y
casi leyenda en el 15, como Los Búfalos, Las Panteras y los Canarios. Esta vez
sí estábamos bastante intimidados y nerviosos.
Hicimos un gran esfuerzo por quedar bien, y en
algunas competencias de destreza y esfuerzo pudimos destacar un poco; pero en
las competencias que implicaban conocimientos y práctica de pionerismo,
campismo, canciones scouts, cocina de campamento (del desayuno que fue lo único
que cocinamos en dicho campamento), y juegos netamente scouts; las patrullas
más experimentadas nos dieron una lección. En esta fase, la patrulla Pollos
hizo honor a su nombre, pues éramos pollos al lado de patrullas que tenían
decenas de campamentos interactuando juntas.
Lo importante de
nuestra participación en esta fase, es que nos abrió los ojos para poder
observar la existencia de una gran hermandad; pues fue el primer contacto con
amigos entrañables a quienes seguimos viendo y frecuentando hasta la fecha.
El nombre de esta Patrulla que integré en mi
primer campamento, fue quizá el vaticinio de que, un año y medio más adelante,
conocería en el movimiento scout a una persona a quien llamaríamos de cariño
“La Pollo”; con quien dios me ha dado la gracia de formar un hermoso hogar.